Si estás cansado… ven y descansa

Publicado el 9 de abril de 2025, 3:49

“...a los cuales Él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír” Isaías 28:12

El orgullo es una trampa astuta que utiliza el enemigo para atrapar las almas, una red que capta a muchos más que cualquier otro método. La Escritura nos advierte de la destrucción que aguarda a los orgullosos: ¿quién podrá ayudar al hombre que se niega a recibir ayuda? ¿Qué posibilidad existe de que alguien que desestima su pecado pueda reconocer su necesidad de arrepentirse o de confiar en Cristo? Este es un peligro que no podemos ignorar; no podemos limpiar nuestras propias manchas con nuestras obras, porque solo el sacrificio de Cristo puede lavarlas.

El Evangelio que anunciamos no es solo una invitación a descansar; es, además, el don del descanso eterno. Nuestro Señor Jesús nos llama: “Venid a mí, todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar” El Evangelio, cuando es recibido en lo más profundo del corazón, trae una paz que sobrepasa todo entendimiento. Silencia las luchas de la conciencia, disipa el miedo ante la ira de Dios, y somete toda rebeldía a la autoridad de nuestro Creador. ¡Qué maravillosa verdad! Este descanso, está destinado especialmente a aquellos que se sienten agobiados y cansados. A los que han dejado atrás su orgullo y se han dado cuenta de su impotencia. “Este es el reposo; dad reposo al cansado” Si has estado buscando la paz durante años y no has tenido éxito, aquí está la perla preciosa que tanto anhelas. Ven, tú que estás cansado de la rutina vacía y el placer efímero. Ven, tú que has probado las vanidades de este mundo y aún te sientes vacío; tú que, tras un fin de semana de diversión, solo encuentras desilusión y vacío. Ven tú, que has intentado acallar tu conciencia con tus buenas obras. Ven, tú que has sido traicionado, que has perdido la esperanza. Confía en Jesús y hallarás refugio.

Él mismo te dice: “Venid a mí, todos los que estáis fatigados y cargados, y Yo os haré descansar” En Cristo se encuentra la respuesta a tu desesperación. Acércate a Él y hallarás el alivio que tu alma anhela. Por lo tanto, si hoy escuchas Su voz, no endurezcas tu corazón. No te niegues a la invitación que Él te hace... ¡Ven a Él y experimentarás el descanso que tanto necesitas!

Oración: Señor, Tú conoces mi necesidad. Vengo a Ti tal como soy, sin excusas, con mi pesada carga de pecado y con una profunda necesidad de paz para mi alma. He buscado satisfacciones en este mundo, pero aún me encuentro vacío. Te ruego, Señor, que salgas a mi encuentro como lo hiciste con el hijo pródigo. Solo soy un pecador que se pierde, y sólo Tú puedes levantarme con Tu misericordia. Perdona mis pecados y guíame por Tus sendas de justicia, por amor a Tu nombre. Amén.

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Comentarios

Shirley García
hace 10 días

Amén 🙏🙏🙏

Yamileth
hace 10 días

Ayúdanos señor, Ayudanos, amén.