No desperdicies tu vida

Publicado el 17 de agosto de 2024, 4:54

“Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros” Éxodo 3:14-15

Mucha gente se preocupa con la pregunta ¿De dónde venimos? Y eso es importante, pero solo es importante saberlo para responder la pregunta ¿Adónde voy? Quiero saber el propósito. Quiero saber el diseño. ¿Cuál es el propósito? ¿Por qué existo? ¿Qué hace que una vida realmente cuente? No hace falta saber muchas cosas para que la vida marque una gran diferencia. Pero sí hace falta saber algunas cosas importantes que realmente importan y estar dispuesto a vivir por ellas con todas tus fuerzas, incluso morir por ellas. Las personas que marcan una diferencia duradera hasta la eternidad son aquellas que han conocido y honrado algunas cosas grandiosas. No tienes que tener un alto coeficiente intelectual. No tienes que ser atractivo o rico… de hecho, es casi seguro que las riquezas se interpondrán en el camino. No es necesario que provengas de una familia selecta, eso también puede ser un obstáculo. No es necesario que vayas a una buena escuela, ni siquiera es necesario que vayas a ninguna escuela, pero si es necesario que conozcas algunas cosas grandiosas, inmutables y obvias y dejarte llevar por ellas. Vamos a conocer sólo tres de estas cosas grandiosas.

En primer lugar, hay un Dios absolutamente soberano, trascendentalmente puro. Un Dios que existe por Sí mismo, que se sustenta por Sí mismo, incomparablemente bello, que todo lo sabe, que todo lo gobierna, que todo lo sostiene, que todo lo define, que es infinitamente valioso y que todo lo satisface. Hay un Dios así, realmente existe, un Dios cuyo propósito en toda la creación, en toda la redención, en toda la historia de la humanidad es mostrar Su gloria para el disfrute eterno de Su pueblo redimido. Para abreviarlo: hay un gran Dios santo que quiere ser conocido y atesorado como Dios. Un Dios que quiere ser conocido verdaderamente y atesorado debidamente. Qué se ha dado a conocer por Su nombre: YO SOY (Éxodo 3:14) es como si dijera: “acéptalo, simplemente Soy. No tuve principio. No tendré final. No dependo de nada, todo depende de mí. No estoy definido por nada, Yo defino todo. No estoy controlado por nada, Yo controlo todo. Soy todo”. Puedes pasar toda una vida simplemente entendiendo el nombre de Dios.

Entonces si nuestra vida va a tener un propósito que sea duradero y perdure en la eternidad y no se desperdicie, Él tiene que decirnos cuál es ese propósito, punto. Tiene que ser Él quien lo defina. No hay forma de que podamos llegar allí por nosotros mismo, Él es Dios. ¿Dependes absolutamente de Él para todo y pretendes decidir qué hacer con tu vida? Despierta, Él es Dios. Esforzarte por hacerte un propósito por ti mismo sólo hará que tu vida se desperdicie. Él diseñó el universo, lo creó, lo controla, lo gobierna, lo dirige, lo llevará a su consumación en orden, y repetiré lo que dije: para que, en toda la creación, en toda la redención, en toda la historia, Él pueda mostrar Su gloria para el disfrute eterno de Su pueblo. Así que, hacer bien el propósito de Dios para Dios debe convertirse en la base para hacer el nuestro, y ese orden es lo más importante. Y con algo de tristeza, puedo decir que esto ha dividido familias, iglesias y al mundo: o bien la gente encuentra estimulante el propósito de Dios para el universo o les ofende, muy pocos son neutrales. Pero sin importar en que grupo te cuentes, esa esa es una verdad que necesitas conocer y honrar para que tu vida sea una vida que no se desperdicia… una vida que marca una diferencia duradera hasta la eternidad. Dice Isaías 43:6-7 “Trae a mis hijos de lejos y a mis hijas de los confines de la tierra, a todos los llamados de mi nombre, a quienes he creado para mi gloria, a quienes formé y los hice” y también en el capítulo 48:9,11 dice: “Por amor de mi nombre contengo mi ira, por amor de mi alabanza la reprimo para contigo, para no destruirte... Por amor de mí mismo, por amor de mí mismo lo hago; ¿cómo, pues, sería profanado mi nombre? No daré mi gloria a otro” ¿Qué crees que quiere Isaías que sintamos cuando escribe así? ¿Por qué exhibir Su gloria? Él muestra Su gloria para el disfrute eterno y cada vez mayor de Su pueblo redimido. El valor, la belleza, el mérito de la gloria de Dios se reflejan apropiadamente hacia Él en el grado en que la valoro, la disfruto, la abrazo, la estimo, me deleito en ella y estoy satisfecho con ella por sobre todo lo que hay en el planeta.

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Comentarios

Shirley García
hace 2 meses

🙏🙏🙏