Venir a Cristo

Publicado el 22 de agosto de 2024, 4:19

Desde la caída del hombre, la gran pregunta ha sido: “¿Cómo pueden los pecadores volver a Dios?”. Dios sacó a Adán y a Eva del Paraíso por sus pecados, pero a través de Cristo podemos volver a Dios y al Paraíso (Apocalipsis 22:1-2). Juan, por lo tanto, testifica: “Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente” (Apocalipsis 22:17). El hombre fue expulsado por Dios, pero ahora es traído a Dios por medio de Jesucristo. La pregunta sigue siendo ¿Cómo venimos a Cristo tú y yo? ¿Qué significa venir a Cristo? Respecto a esto abundan las creencias erradas, tales como: decidirse por Cristo en nuestras propias fuerzas, levantar la mano a modo de afirmación durante un momento de oración evangelístico, repetir la “oración de fe”, caminar hacia el altar, tener experiencias místicas o ver milagros, pero como hemos dicho antes, cada una de estas creencias son erradas.

Venir a Cristo comienza con un llamamiento de Dios. Dios llama al arrepentimiento y a confiar en Cristo a todos los que escuchan el evangelio. El evangelio presenta a Cristo al hombre para su salvación. Pablo dijo: “pero nosotros predicamos a Cristo crucificado… Cristo poder de Dios y sabiduría de Dios” (1 Corintios 1:23-24). La muerte y la resurrección del Hijo de Dios son poderosas para salvar a los pecadores. Cristo dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Cuando alguien rechaza venir a Él, toda la culpa es del pecador que lo rechaza: “No queréis venir a mí para que tengáis vida” (Juan 5:40). Sin embargo, Dios hace más que un llamamiento universal. Él hace un llamamiento eficaz que trae los pecadores a Cristo. En palabras de Cristo, Él dijo: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). Nuestra realidad es que por naturaleza estamos tan ciegos y muertos en el pecado (Efesios 2:1) que es imposible que por nosotros mismos podamos venir y no iremos a Cristo, pero para Dios todo es posible (Mateo 19:26; Juan 6:44; Efesios 2:5).

Venimos a Cristo cuando la fe verdadera nos trae a Él mientras Él se está ofreciendo a Sí mismo a los pecadores en el evangelio a través del Espíritu Santo. Tal fe incluye abnegación a medida que somos convencidos de que no podemos ser justos por nuestros propios medios (Filipenses 3:9); también incluye confianza, puesto que descansamos en la persona de Cristo y en Su sangre derramada en la cruz (Romanos 3:25) y dependencia, puesto que recibimos a Cristo y lo aplicamos como la gran medicina para todas nuestras necesidades espirituales (Juan 1:12). Sólo podemos venir a Cristo para que nos salve del pecado si nos vemos a nosotros mismos como pecadores y transgresores de la Santa ley de Dios que merecen Su juicio (Romanos 3:19-20). ¿Te has vuelto a Cristo como tu única esperanza de salvación, por la gracia de Dios y por fe, tal como Él lo ofrece en el evangelio? Si es así, dale la gloria a Dios, pues de no ser por el Espíritu Santo, NADIE puede venir a Cristo (1 Corintios 12:3)… pero si aún no has venido a Cristo del modo que Él demanda que vengamos a Él (porque muchos ciertamente están dispuestos a ir a Él para que les arregle la vida) si  aún no has venido en arrepentimiento y convicción de tus pecados ¿Por qué no lo haces? No permitas que ningún obstáculo te lo impida. Lee la Biblia, expón tu corazón al mensaje del evangelio. Aprende los fundamentos del cristianismo a través de un buen catecismo. No persistas en la incredulidad ni endurezcas tu corazón. Deja de amar a este mundo, no te aferres a tus pecados. No seas necio creyendo que Dios nunca te condenará, ni tampoco seas orgulloso pensando que tus pecados son más grandes que la gracia de Dios en Cristo. Cristo puede salvar al peor de los pecadores, ¡no te demores! Humíllate hoy y clama a Cristo, Él es grande para salvar a todo aquel que viene a Él abrumado por la fatigante carga del pecado. Él quiere cambiar tu yugo por uno más fácil… Él quiere cambiar tu carga por una más ligera (Mateo 11:30) ¡Qué esperas, ven a Cristo!

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Comentarios

Shirley García
hace 2 meses

Amen 🙏🙏🙏