“Mi anhelo y esperanza es que en nada seré avergonzado, sino que, con plena confianza, ahora como siempre, Cristo será magnificado en mi cuerpo, ya sea que viva o que muera. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé qué escoger, porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho. Mi deseo es partir y estar con Cristo, porque eso es muchísimo mejor” Filipenses 1:20-23

Te has preguntado alguna vez ¿qué implicaciones tiene este pasaje para nuestra vida? Consideremos algunas:

- Dios es supremo: Dios mismo, revelado de manera más plena en Su Hijo Jesucristo, es el valor supremo del universo. Por eso Pablo dice en Filipenses 1:20: “Anhelo y espero que… ahora, como siempre, Cristo será magnificado en mi cuerpo”. Ese es el propósito más grande de toda la vida porque es el objetivo de la creación del universo. “De Él, por Él y para Él son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén” (Romanos 11:36). Valorar a Dios y la gloria de Dios por encima de todo lo demás es lo que debe permear todo lo que como iglesia hacemos y vivimos..

- Tu Dios está donde está tu alegría: Cuando decimos que debes buscar tu alegría en Dios todo el tiempo, sin excepciones, no hacemos un dios de la alegría. Más bien decimos que ya has hecho un dios de aquello que te produce más placer. No adoramos la alegría; decimos que la alegría en Dios es el corazón de la adoración. Lo que más alegría nos brinda es aquello que adoramos. Eso es la adoración: valorar, atesorar, apreciar, disfrutar y estar satisfechos en Dios o, si eres idólatra, en cualquier cosa que no sea Dios.

- El objetivo de la adoración corporativa es la admiración de Dios: El objetivo del culto corporativo es despertar y expresar juntos nuestra gozosa admiración por todas las maravillas y obras de Dios. “Me acercaré al altar de Dios, al Dios de mi gran gozo, y te alabaré al son de la lira, Oh Dios, Dios mío” (Salmo 43:4). Dios se siente muy honrado cuando las personas vienen al culto público hambrientas de Él y con un profundo deseo de conocerlo y escucharlo.

- El propósito de la Biblia y la predicación: La palabra de Dios y la predicación existen para revelarnos a Dios para nuestro gozo en Él. “Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido” (Juan 15:11) Por lo tanto, la labor del predicador es preparar una mesa para ti donde puedas comer y regocijarte en el Dios que saboreas. El objetivo de la predicación no es simplemente cambiar tus ideas sobre Dios, sino cambiar tus afectos por Él.

- Nuestro objetivo es mantener juntos la alegría en Dios: El objetivo de toda relación cristiana es ayudarnos mutuamente a mantener nuestro gozo en Dios por sobre todas las cosas. Este fue todo el ministerio de Pablo: “No que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que colaboramos con vosotros para vuestro gozo, porque estáis firmes en la fe” (2 Corintios 1:24)

Y las implicaciones continúan… pero de ello seguiremos hablando en la siguiente entrega. Hoy es domingo y tenemos la oportunidad de evidenciar cada una de estas implicaciones, amado hermano no dejes de congregarte ¡Bendecido día del Señor!