El miedo nunca más será tu amo

Publicado el 30 de agosto de 2024, 3:44

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre” Hebreos 2:14-15

El pasaje de hoy describe el efecto de la muerte de Jesús en nuestro lugar. Escuchemos nuevamente cómo lo expresa: “Así que, por cuanto los hijos [es decir, nosotros] participamos de carne y sangre [ya que somos humanos], Él también participó de lo mismo [se hizo humano], para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre” El autor de Hebreos dice que toda la raza humana estásujeta a esclavitud de por vida por el temor a la muerte”.

En 1973, Ernest Becker escribió un libro ganador del premio Pulitzer titulado: La negación de la muerte. Su tesis concuerda con Hebreos: La tesis principal de este libro es que el miedo a la muerte persigue al ser humano como ninguna otra cosa; es el motivo principal de la actividad humana, una actividad diseñada en gran medida para evitar la fatalidad de la muerte, para superarla negando de alguna manera que sea el destino final del hombre. Becker no tenía respuesta para la negación masiva de la muerte por parte de los seres humanos. La respuesta de Jesús es que Él era el gran Yo Soy desde toda la eternidad, y que se hizo hombre mortal para poder morir por el pecado, y destruir en la muerte a aquel que tiene el poder de la muerte, y resucitar triunfante sobre el pecado y la muerte. Y de esta manera liberarnos de aquella esclavitud de toda la vida del miedo a la muerte.

Tanto Hebreos como Becker dicen que el miedo a la muerte produce una esclavitud generalizada y de por vida; incluso cuando no nos damos cuenta, el miedo acecha nuestras decisiones, nos vuelve cautelosos, precavidos, restringidos, confinados, estrechos, apretados, privándonos del riesgo, la aventura y los sueños por el bien de Cristo y Su reino. Sin que siquiera lo sepamos, el miedo a la muerte es un amo esclavista que nos ata con cuerdas invisibles, confinándonos a formas de vida pequeñas, seguras, inocuas y egocéntricas.

Becker no tiene solución para esta esclavitud, pero Jesús sí la tiene. “De cierto, de cierto os digo: el que guarda mi palabra, nunca verá la muerte”. O como dice en Juan 8:32 “Conoceréis la verdad [sobre la muerte], y la verdad os hará libres”. El mundo necesita desesperadamente el coraje y el Cristo de los cristianos valientes que tienen la certeza que nunca probarán la muerte.

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Comentarios

Yesse
hace 2 meses

Amén.

Shirley García
hace 2 meses

Amén 🙏🙏🙏