Él se complace en todo lo que hace

Publicado el 3 de septiembre de 2024, 4:00

Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos” Salmo 135:6

La Palabra de Dios nos deja ver que Dios es desbordantemente feliz en la comunión que tiene como Trinidad. Él es y siempre ha sido exuberantemente feliz en Sí mismo. Nunca ha experimentado soledad, el Padre siempre ha tenido desbordante satisfacción en el Hijo y el Hijo en el Padre (Mateo 3:17) por tanto, Dios no está obligado por nada externo a hacer lo que no quiere hacer. Si Él de algún modo fuese infeliz o tuviese alguna necesidad eso implicaría que tendría que obligarse a actuar en contra de Su agrado para suplir Su necesidad y poder ser feliz. Pero como es pleno y sin necesidad alguna, como rebosa de satisfacción en la comunión de la Trinidad, TODO lo que Dios hace, absolutamente TODO lo que Dios hace lo hace porque quiere y no porque esté obligado a hacerlo… esto es lo que la Escritura quiere decir cuando dice que Dios actúa según el “beneplácito” de Su voluntad (Efesios 1:5).

"siempre que Dios actúa, lo hace porque le agrada y disfruta lo que está haciendo"

El salmista adora a Dios por Su elección, redención y cuidado… pero al llegar al verso 6 él dice: “Todo lo que Jehová quiere lo hace, en el cielo y en la tierra, en los mares y en los abismos” y esto es algo que la Escritura ya ha declarado antes en el Salmo 115:3 “Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiere lo hace” entonces, siempre que Dios actúa, lo hace porque le agrada y disfruta lo que está haciendo, Él no se ve obligado a hacer algo que no le complazca. Él hace lo que le place, y por ello podemos decir que Él se complace en todo lo que hace… al igual que el salmista nuestro corazón debería estar inclinado a alabar la libertad soberana de Dios, que siempre actúa según Su propio placer, que nunca es víctima de las circunstancias y jamás se ha visto obligado a actuar en una situación en la que deba hacer algo de lo que no pueda alegrarse ¡Cuán grande es el Creador y Sustentador de todo lo creado!

Ahora ¿Cómo engranamos esta verdad con lo que dice Ezequiel 18:31-32: “¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque yo no quiero la muerte de nadie, dice el Señor Dios; convertíos, pues, y viviréis” parece una imagen distinta a lo que dijimos antes. En Ezequiel se dice que a Dios no le agrada la muerte de personas inconversas, pero el Salmo 135 dice que Dios hace lo que le place, incluso matar a quienes no se arrepienten de pecar contra Él. Pero yendo más allá en Deuteronomio 28:63 Moisés dice: “Y así como el Señor se deleitó en haceros bien y en multiplicaros, así también el Señor se deleitará en arruinaros y destruiros” ¿Cómo resolvemos esta aparente contradicción? la muerte y la miseria de los impenitentes no son, en sí mismas, un deleite para Dios. Dios no es un sádico. En cambio, cuando se juzga a una persona rebelde e incrédula, lo que a Dios le complace es la justicia y la reivindicación de la verdad y la bondad, y de Su propio honor y gloria. La advertencia de Moisés quiere decir que quienes se han rebelado contra Dios no podrán regocijarse por haber hecho miserable al Todopoderoso o por haber arruinado Su gozo, ni siquiera Satanás podrá hacerlo. Todo lo contrario… cuando los impenitentes sean juzgados, sin habérselo propuesto, darán una oportunidad para que Dios se regocije en la demostración de Su justicia y Su poder y el valor infinito de Su gloria.

Dice Pablo a los Gálatas: no se engañen, Dios no puede ser burlado… Él no está atrapado, coaccionado o acorralado. Ni siquiera cuando hizo lo que era más difícil que Él podía hacer, Él “no escatimó ni a Su propio Hijo” (Romanos 8:32), aún en ese momento Dios era libre y hacía lo que le agradaba, es lo que dice Isaías 53:10 “Pero Jehová quiso quebrantarlo” Y en Su camino a la cruz, Jesús tenía legiones a Su disposición, pero Él dijo “Nadie me quita la vida; yo la pongo por mi propia voluntad” es decir, por mi propio deleite… por el gozo que me espera. Así que, esta mañana, asombrémonos y maravillémonos y temblemos porque no sólo nuestras alabanzas a la soberanía de Dios, sino también nuestra salvación a través de la muerte de Cristo por nosotros, dependan una sola cosa: "Nuestro Dios está en los cielos; y Él hace todo lo que le place". Amén.

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Comentarios

Shirley García
hace 2 meses

Amén 🙏🙏🙏