Rico, pero para con Dios

Publicado el 11 de septiembre de 2024, 4:33

 “Así es el que acumula para sí tesoro, y no es rico para con Dios” Lucas 12:21

¿Qué significa ser “rico para con Dios”? El significado es fácil de entender por el contraste: es lo opuesto a acumular tesoros terrenales para uno mismo. Ser rico para con Dios es lo opuesto a vivir como si el alma estuviera hecha para las cosas materiales y no para Dios. Es lo opuesto a actuar como si la vida consistiera en la abundancia de posesiones y placeres que puedo comprar y no en la abundancia de conocer a Dios. Por lo tanto, ser rico para con Dios significa que el corazón se siente atraído hacia Dios como nuestra riqueza, es considerar a Dios como una riqueza mayor que cualquier otra cosa en la tierra. Es usar las riquezas terrenales para demostrar cuánto valoramos a Dios. Y esto es lo que el próspero agricultor no hizo y lastimosamente es lo que muchos hoy en día no están haciendo, representando el papel de necios que pierden sus almas por colocar su corazón en el lugar y el propósito equivocado. Es por ello que el dinero resulta peligroso, porque nos aleja del amor a Dios… nos aleja de atesorar a Dios. El peligro no es que prosperemos económicamente, nuestro peligro es que Dios deje de ser o nunca llegue a ser nuestro tesoro supremo. Si Dios hubiera sido el tesoro del rico, ¿qué habría hecho de manera diferente? Seguramente en lugar de decir: “Alma, muchos bienes tienes para muchos años: relájate, come, bebe, diviértete”, habría dicho: “Dios, todo esto es tuyo. Tú me has hecho prosperar. Muéstrame cómo expresar con mis riquezas que tú eres mi tesoro, y que las riquezas no lo son. Ya tengo suficiente. No necesito mejor comida, mejores muebles o mejores ropas. Concédeme disfrutar, pero no de manera autocomplaciente”.

Pablo dijo, a los ancianos en Hechos 20:33-35 “No codicié ni la plata, ni el oro, ni la ropa de nadie. Vosotros sabéis que estas manos me sirvieron para lo que me hacía falta a mí y a los que estaban conmigo. En todo os he mostrado que, trabajando así, hay que ayudar a los necesitados y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Hay más dicha en dar que en recibir” Pablo estaba testificando y no ordenado, él estaba tratando de inspirar a la iglesia con la fidelidad de Dios y no simplemente obligarles con exigencias. Y luego en su segunda carta a los Corintios 9:7 dijo: “Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre”. Dar por obligación o por necesidad no muestra que Dios es nuestro tesoro, por ello él pone como ejemplo a los macedonios que por su profunda pobreza no estaban obligados a dar para la iglesia en Jerusalén que padecía necesidad, antes, ellos mismos necesitaban ser ayudados, más sin embargo ellos rogaron que no se les privara del privilegio de ofrendar… porque Dios era su tesoro y ellos amaban aquello que es el tesoro de Dios: Su iglesia, aquella que compró no con oro ni con plata ni con piedras preciosas, sino con la sangre preciosísima de Su Unigénito Hijo.

Amada Iglesia el riesgo de caer en la necedad del hombre rico es bastante alto, y a menos que seamos intencionales en conocer profundamente a Dios de tal manera que cada día seamos más abrumados por Su grandeza tanto como para decir: “Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor de Él lo he perdido todo y lo tengo por basura, a fin de ganar a Cristo y ser hallado en Él” (Filipenses 3:8). A menos que roguemos como el salmista “Inclina mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia” (Salmo 119:36) A menos que seamos intencionales en colocar nuestras posesiones al servicio de aquello que trae gloria a Dios y no simplemente para complacer nuestros deseos no podremos ser ese pueblo que atesora a Dios por encima de todo lo que el dinero puede comprar;  no entenderemos la enseñanza bíblica de que aquello en lo que ponemos nuestro dinero evidencia en donde tenemos el corazón y nunca comprenderemos que la iglesia local es crucial para la obra de Dios en el mundo, para llevar a cabo la misión de misericordia y evangelización de Dios, y para edificar el cuerpo de Cristo… no podremos contemplar su preciosidad para Dios y para nuestras vidas.

Oración: Oh Señor concédenos a todos la alegría de encontrar nuestra vida no en las posesiones, sino en la abundancia de todo en ti, Oh Dios que lo que hago con mis recursos financieros pueda mostrar al mundo lo que significa tenerte a ti como mi riqueza. Padre eterno en tu misericordia expón el engaño de las riquezas revelando a nuestro corazón tu valor superior. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace un mes

Amén 🙏🙏🙏