Sin dolor no hay ganancia… sin cruz no hay corona

Publicado el 17 de septiembre de 2024, 4:29

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados” Romanos 8:17

Así que aquí el sufrimiento no sólo es posible, sino necesario. ¿Por qué? Lucas 9:23: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame”.  2 Timoteo 3:12: “De hecho, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús serán perseguidos”. Todos serán perseguidos. Hebreos 12:6: “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Es para la disciplina que ustedes tienen que soportar. Dios los está tratando como a hijos” 1 Pedro 4:13: “Sino regocijaos en la medida en que sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de Su gloria os gocéis con alegría” Iglesia… sin dolor no hay ganancia, sin cruz no hay corona, sin sufrimiento no hay herencia… eso es lo que dicen todos esos pasajes bíblicos.

Pero tengo una pregunta crucial: ¿Qué clase de sufrimiento crees que sea? Romanos 8:17 nos invita a que “…estemos dispuestos a sufrir con Él, para que también seamos glorificados con Él” —es decir, tendrás un nuevo cuerpo, recibirás el mundo y todo lo que hay en él será puesto para que te proporcione gozo, conocerás a Dios íntimamente. Entonces, ¿De qué sufrimiento se nos está hablando? ¿sólo se trata de persecución? ¿Que la gente vea que eres cristiano y te haga daño por serlo? Que te despidan de tu trabajo, que se burlen de ti, que no quieran tener nada que ver contigo o que te encarcelen. ¿O es algo más amplio, como los accidentes de tráfico, los atentados terroristas o la enfermedad que destruye poco a poco y sin remedio tu cuerpo? Con toda seguridad que es algo mucho más grande que mera persecución por causa de Su Nombre porque cuando Pablo lo explica en Romanos 8:17-25 no hace mención de la persecución. Solo nos dice que la creación está gimiendo por causa de su quebrantamiento, y nosotros que sufrimos las consecuencias de un mundo quebrantado gemimos juntamente con ella… esperando nuevos cuerpos. Ese es el contexto del sufrimiento previo a la herencia, del sufrimiento que TODOS los herederos deberán sufrir.

Entonces el único camino a la gloria es el sufrimiento, y la pregunta es ¿lo harás bien? O el sufrimiento te hará decir con amargura: “Ya no eres mi Señor y ya no eres mi Padre. Porque si así es como tratas a tus hijos, me voy de aquíSi esa es tu respuesta al sufrimiento, no tienes al Espíritu Santo y no eres cristiano. Maldecir a Dios y resignarte a morir no es de cristianos… aborrecer a Dios porque no sanó a tu hijo, o a tu madre, o a tu conyugue, o porque no evitó aquel accidente…  significa que te perdiste todo, perdiste todo lo que he dicho. ¿Por qué Dios haría que el sufrimiento fuera tan esencial para la herencia? ¿Por qué? ¿Por qué lo haría tan necesario? “… y la respuesta es: si padecemos juntamente con Él, juntamente con Él seremos glorificados. Romanos 5:3 nos puede dar un poco más de luz para entender mejor. Allí Pablo dice “Nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia”. ¿Paciencia de qué?  Considera lo que Pablo dijo también en 2 Corintios 1:8-9 “Estábamos tan abrumados más allá de nuestras fuerzas que perdimos la esperanza de conservar la vida. De hecho, nos sentíamos condenados a muerte. Pero eso fue para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos”. Él está testificando: Dios me llevó al punto de la muerte porque pensó que necesitaba confiar más en Él. Si le hizo eso a Pablo, yo debería esperarlo todos los días. Pequeñas circunstancias que me recuerden: “No puedes lograrlo por ti mismo, tienes que ir a Cristo” y grandes circunstancias que me hagan sentir morir, y Él dirá: “Sí, te estás muriendo. ¿A dónde irás?” Ese es el punto. La muerte no es el tema aquí, sino la fe. La perseverancia es el tema aquí. Todos estamos tan caídos, nos sentimos tan obligados a depender de nosotros mismos, de nuestras capacidades… mi dinero, mi conyugue y mi trabajo… tanto que todo esto ha llegado a ser mi contentamiento y lo que me da una identidad. Mi naturaleza caída me obliga a encontrar mi satisfacción en el mundo, tanto que Dios tiene que quitarnos aquello que convertimos en nuestro tesoro por encima de Él… Eso se llama sufrimiento. Él tiene que frustrarme constantemente: frustrarme en mi matrimonio, en mi rol de padre... frustraciones que me rompen el corazón “¿Por qué? Soy tu hijo". Porque Él conoce mi corazón, sabe que a pesar de que es Suyo aún hay suficiente pecado allí que si no estorba mi vana confianza para colocar un fundamento más inconmovible comenzaría a confiar en algo distinto a Él…. ¿Es Dios egoísta por amarse de ese modo a Él mismo? No, todo lo contrario, Él es tan amoroso al mantenernos atesorándole a Él porque ni el oro, ni la plata, ni las piedras preciosas ni nada que se pueda atesorar se puede comparar con Él… por eso Él quiere que le atesoremos, porque atesorarle a Él es poder echar mano al árbol de la vida…. Él se propone mantenerte en el camino que te llevará hacia una herencia imperecedera, incontaminada, reservada en el cielo para ti.

Entonces ¿Por qué me enojo tan rápido? ¿Por qué me desanimo tan fácilmente? ¿Por qué si tengo una herencia tan grande en Cristo? Lo tengo todo, ¿por qué enojarme o desanimarme con la adversidad? Sí, la vida se puede estropear. Pero mientras te arrastras o cojeas estás siendo llevado a la ciudad del Gran Rey, oh por favor Iglesia no lo olvides, no permitas que ninguna tribulación te lleve a perderlo de vista… Así que, sé fuerte. No permitas que los sufrimientos de esta vida te hagan enojar con tu Salvador o con tu Padre… Sigue gimiendo, sigue aborreciendo el pecado… Sé fiel hasta la muerte y Él te dará la corona de la vida (Apocalipsis 2:10). Amén

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Comentarios

Yesse
hace un mes

Bendito sea el nombre de el señor.

Shirley García
hace un mes

Amén 🙏🙏🙏