Vive como libre

Publicado el 29 de septiembre de 2024, 4:36

Vivan como personas libres” 1 Pedro 2:16

En una visita a Capernaúm a Pedro los cobradores del impuesto le preguntaron ¿Vuestro maestro no paga el impuesto? Cuando entró en casa, Jesús le preguntó primero: ¿Qué te parece, Simón? ¿De quiénes cobran los reyes de la tierra los impuestos o los tributos? ¿De sus hijos o de los demás?» Y él dijo: «De los demás» Jesús le dijo: “Luego los hijos están exentos” y la respuesta es ¡sí! Pero para no ofenderlos… (Mateo 17:24-27) posterior a esto Pedro captura un pez que en su boca tiene justo lo que necesitan pagar, este milagro así como la alimentación de los cinco mil es una bella manera de ilustrar que Dios está dispuesto a suplir nuestras necesidades… Él nunca te pedirá que le sirvas de algún modo sin antes no darte Su gracia para poder hacerlo… Él nunca te demandará que pagues algo sin antes proporcionarte lo que espera que pagues, porque es de lo recibido de Su mano aquello con lo cual le honramos (1 Crónicas 29:14). Entonces: los hijos son libres y Pedro en su Epístola nos exhorta: “Vivan como personas libres”.

Nos sometemos a las autoridades superiores porque somos personas libres, respetamos el límite de velocidad, pagamos nuestros impuestos y rendimos cuentas a César porque somos libres. No servimos a los hombres haciendo lo que debemos, honramos a nuestro Señor, hacemos el bien y cumplimos con las leyes humanas por Cristo: eso es libertad. Pero esta libertad no se parece a lo que el mundo llama libertad y no es de extrañar que no se parezca porque el pecado ha hecho eso en los seres humanos: a lo bueno llamamos malo y a lo malo llamamos bueno, entonces no es de extrañar que a la libertad se le llame esclavitud y a la esclavitud se le llame libertad. Rehusarnos a dar a César lo que le pertenece es esclavitud ¿A qué? A mí mismo. Son nuestros deseos engañosos los que intentan convencernos que no hay libertad en sujetarnos a las autoridades establecidas por Dios, es nuestro viejo hombre viciado por los deseos engañosos de la carne el que se rehúsa a exaltar a Cristo sujetándose a la autoridad que representa a Cristo, porque finalmente a quien se rehúsa obedecer es a Cristo. Pedro nos está haciendo un llamado a la libre sumisión… él nos llama a vivir como personas libres y a estar sujetos de tal manera que sean visible en nosotros las marcas de quien vive en libertad para obedecer y hacer lo que es correcto.

Ahora, todos nos sometemos al Señor en nuestra sumisión a quienes Él ha delegado autoridad… esto es supremo, pero no puede ser absoluto. Porque sólo hay uno digno de nuestra lealtad absoluta: Dios. Nos sometemos a los mandatos humanos siempre que obedecerlos no demanden que yo peque contra mi Señor al desobedecer Su Palabra que está por encima de toda ley humana. Recordemos que el Reino de nuestro Señor no es de este mundo, los creyentes somos moldeados por las exigencias de un rey extranjero. Toda nuestra mentalidad y conducta debe estar moldeada por la patria a la que pertenecemos: la ciudad del Gran Rey, somos Sus embajadores… las formas y maneras terrenales no nos identifican, las celestiales sí y por tanto las personas a quien nos sujetamos no tienen derechos definitivos sobre nosotros. Nosotros somos esa clase de ciudadanos que demuestra su libertad del yugo de los hombres mediante la sumisión a los hombres… ya no por causa de los hombres sino por causa de Cristo. En palabras de Martín Lutero: “El cristiano es el señor más libre de todos y no está sujeto a nadie; el cristiano es el siervo más obediente de todos y está sujeto a todos” o como dijo Pablo en Filipenses 2:4 “No busques tus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás

Oración: Amado Dios tú demandas Oh Señor que responda a tu autoridad a través de aquellos a quienes tú has delegado autoridad sobre mi vida. Perdóname Señor por resistirte todas las veces que he resistido a las autoridades delegadas. Perdóname Señor por creer oh Dios del cielo que se trata solo de obedecer a hombres, ayúdame a verte a ti detrás de cada autoridad delegada, ayúdame a mantener en mi corazón el gozo de servirte a ti sujetándome a los hombres. Guárdame oh Dios de que el deseo engañoso de tener la aprobación de los hombres me lleve a ponerme al servicio de los hombres aún a expensas de desobedecerte a ti. Que nunca Señor el complacer al hombre esté por encima de mi deseo de honrarte a ti. Ayúdame a ser fiel a ti en todo Padre y delante de todos en el nombre de Jesús. Amén

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Comentarios

Shirley García
hace 18 días

Amén 🙏🙏🙏