El bien que hagas, ese recibirás

“Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres, sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ese recibirá del Señor, sea siervo o sea libre” Efesios 6:5-8.

Esta es una declaración bíblica bastante sorprendente. Como dije ayer: “Tu silencio cuando pudiste defenderte o denunciar las faltas del otro es grabado en el cielo” eso es lo que está diciendo aquí la Escritura, ¿No es así? “Todo el bien que cada uno haga, eso recibirá del Señor” y ¿Por qué creer esto es vital para la supervivencia de tu matrimonio, para la buena crianza de tus hijos, en medio de tus situaciones laborales… o cualquier otro tipo de situaciones en que recibas un trato que no quieres y que no te gusta y que no crees que sea correcto que seas tratado de ese modo ya sea por negligencia o intencionalmente? Cuántos hay que a esta hora suspiran porque: “nadie sabe por lo que estoy pasando con mi hijo, o con mi conyugue, o con mi jefe… estoy solo en este sufrimiento” No, no lo estás. Todo el mal que te estas negando a hacer en respuesta del mal trato que estás recibiendo está siendo registrado en el cielo. Cada vez que devuelves bien por mal está siendo escrito para que recibas de parte del Señor el mismo bien. Aquello que nadie sabe, aquellas lágrimas que en secreto derramas sin defenderte o agredir al otro serán proclamadas en alta voz por toda la eternidad ¡Sí, así será! En la eternidad celebraremos la evidencia que Dios ha anotado para siempre, incluso si nadie más se da cuenta de que viviste esto en silencio. Y eso es muy poderoso para llevar tu rol (cualquiera que sea) sin desistir en hacer lo que es correcto, lo que el Señor te ha dicho que hagas. Al igual que el montón de abono, que huele mal y es difícil de soportar pero que finalmente hace mucho bien, así toda injusticia que soportes por causa de tu consciencia de Dios en tu vida por no ofender Su presencia no será en vano.

En el verso 9 de Efesios 6 Pablo dice: “Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para Él no hay acepción de personas” Dios espera que el que está en autoridad haga lo que es correcto (pero no siempre sucede y de ahí provienen las injusticias) esto no debe ser un estorbo para tu buen actuar porque sea consciente o no esa persona injusta tienen un Señor en el cielo y dará cuenta de sus acciones, todas ellas sin faltar ninguna. Así que “Siervos, estén sujetos a vuestros amos con temor” (1 Pedro 2:18) ¿Qué significa eso? donde sea que debas dar testimonio de que sirves a un Señor que es sobre todos los demás señores, responde con mansedumbre y reverencia. Los cristianos no somos personas que temen a los hombres porque puedan causar algún daño a nuestro cuerpo… Tememos a Aquel que tiene autoridad para echar el alma y el cuerpo al infierno. A Él es a quien debemos temer, por ello somos nosotros los que deberíamos ser las personas más intrépidas, audaces y valientes al proclamar y defender la verdad.

Dar testimonio con mansedumbre y reverencia no significa responder con cobardía o que tengo miedo de lo que puedan pensar o hacerme. Una pista para entenderlo está en 1 Pedro 3:14 “Si algo sufren por causa de la justicia, serán bienaventurados. No tengan miedo de ellos ni se turben” Los cristianos no deberíamos ser como el mundo temiendo a la muerte, al sufrimiento, al desempleo, a la desaprobación o a no tener éxito, ese no debe ser el temor que dirige nuestras acciones. Isaías 8:12b-14a dice ”no temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a Él santificad; sea Él vuestro temor, y Él sea vuestro miedo. Entonces Él será por santuario” entonces: si Dios es mi temor, si Dios es mi terror, Dios se convertirá en mi santuario. No nos sujetamos por temor a lo que pueda pasar, lo hacemos gozosamente aun a pesar de las injusticias porque queremos que todas nuestras circunstancias sirvan para anunciar las virtudes de Aquel que nos llamó de tinieblas a luz admirable, lo hacemos por Cristo, por Su gloria, porque confiamos en Su justicia y sabemos que Él dará un pago

Oración: Glorioso Señor y Dios omnipotente tú eres el Juez de todo aquel que actúa injustamente y no nosotros. Delante de ti ciertamente están todos los que hacen daño a tu Iglesia y tu darás el pago porque tú lo has prometido y tú no eres hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirte de lo que has dicho. Oh Señor que ninguna injusticia me lleve a perder de vista que no se trata de mi honra ni de mis derechos, sino de tu gloria. Libérame oh Señor de todo impulso de vengarme personalmente ya sea con palabras o con hechos. Líbrame de tomar en mis manos lo que solo a ti te compete: dar el pago a toda persona injusta. Amén