Belleza que conquista

Publicado el 3 de octubre de 2024, 5:15

Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa. Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios 1 Pedro 3:1-4

Vivimos días en que el concepto de verdadera masculinidad y verdadera feminidad se ha perdido, días en que es verdaderamente difícil hallar a un hombre de verdad (Proverbios 20:6) o a una mujer virtuosa (Proverbios 31:10) las parejas se unen respondiendo a los deseos engañosos de la carne, pero cuando la cruda realidad acaba con el amor romántico ni hombres ni mujeres saben cómo construir un hogar que permanezca ante cualquier circunstancia. Pero, ¿Cómo pueden saberlo si sus vidas no están rendidas a Aquel que ordena los pasos del hombre? ¿Cómo pueden entender sus caminos en los roles que deben llevar? (Proverbios 20:24). Dios determinó roles para el hombre y para la mujer en el matrimonio de tal manera que es la voluntad de Dios que el varón sea cabeza del hogar (Efesios 5:23) y que la mujer se sujete a la autoridad de su esposo como al Señor (Efesios 5:22) ¿Es esto un trato degradante para la mujer? De ninguna manera porque si bien el hombre es llamado cabeza es a la mujer virtuosa a la que Dios llama corona del marido (Proverbios 12:4) entonces la sumisión lejos de degradar a la mujer siempre que sea en servicio y obediencia a Cristo la llenará de valor, le convertirá en el ornamento principal de aquella cabeza.  

Ahora, concentrándonos específicamente al pasaje con el que iniciamos, creo que este llamado de sumisión está siendo hecho a mujeres cristianas cuyos maridos son incrédulos ¿Por qué creo esto? Bueno Pedro es específico: “estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas” esto no quiere decir que no compartas tu fe con tu conyugue incrédulo, todo lo contrario, es necesario que des a conocer tu fe porque es por el oír la palabra de Dios que viene la fe (Romanos 10:17) Nadie nace de nuevo sin la palabra. Sin palabras significa “regañar, sermonear, insultar, menoscabar…” ¿Cómo debe ser entonces la conducta de una esposa cristiana?

Dice Pedro cuando los esposos vean y consideren “vuestra conducta casta y respetuosa” así que el tema dominante aquí es la conducta por qué entonces inesperadamente dice Que vuestro atavío no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos” ¿Por qué menciona esto? Está hablando de una conducta que podría ganar al marido para el cristianismo y de repente comienza a hablar de ropa, peinados y joyas ¿Por qué? Es posible que en aquel entonces como ahora las mujeres pensarán que si se veían suficientemente bonitas podrían lograr que sus maridos las acompañen en su fe. Y Pedro dice: “Eso no funcionará”. esa estrategia no salvará a los pecadores… puede que le gustes, pero eso no va a convencerlo. Por tanto, no le den importancia a lo externo pensando que eso va a tener un efecto espiritual en su esposo. Esto tampoco quiere decir que no te arregles para tu marido… sino que para la mujer cristiana su estándar es Cristo no las pasarelas de moda. Vivir en el temor de Dios es lo que te hará virtuosa para tu marido e instrumento útil para que el evangelio llegue a su vida. Pedro invita a la esposa a ataviar su corazón en lugar de su cuerpo “En el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible”

Pedro describe a una mujer fuerte, cuya fuerza proviene de dentro no como una capacidad humana sino más bien como un fruto del Espíritu Santo. Esta es una belleza que es gentil como devolver bien por mal con una poderosa resolución de seguir las pisadas de Cristo. Tranquila, serena en espíritu, lo cual ante los ojos de Dios es muy, muy precioso…. La conducta de una esposa que ha creído en la obra de Cristo en la cruz dice: “Mi esperanza está en Dios, de Dios recibo mi identidad, de Él proviene mi satisfacción, Él es toda mi esperanza, mi alegría. Y en esa libertad que me ha sido dada me someto a mi esposo orando fervientemente y esperando que él llegue a amar Cristo tanto como yo y después de ello pueda deleitarme en su liderazgo espiritual” Ver la sumisión como una posición degradante indica que no estás entendiendo el punto… Una mujer sumisa en el Señor es una mujer valiente.

Oración: Amado Dios quiero agradarte con un espíritu tranquilo, sereno y silencioso. Quiero tener mi esperanza en ti y no en mi matrimonio, no en la conversión o el avivamiento de mi esposo, sino sólo en ti. Provee oh Señor para mí una profunda y confiada esperanza en ti como mi Pastor, mi Salvador y mi Señor para someterme a mi esposo. Concédeme oh Señor la gracia y la valentía de no vivir para mí misma, sino para que tu Nombre sea santificado, tu reino venga a nosotros y en mi vida y hogar se haga tu voluntad del mismo modo que se hace en el cielo. Amén

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Comentarios

Yesse
hace 14 días

Amén

Shirley García
hace 14 días

Amén 🙏🙏🙏