“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres” Mateo 5:13
En el mundo contaminado y corrompido por el pecado lo que preserva de la destrucción total es la presencia de aquellos que han experimentado el milagro del nuevo nacimiento, es decir los cristianos. Al declarar que los cristianos son la sal de la tierra, Cristo enseña que la función principal de la Iglesia no es consolidar un movimiento político o social que gobierne las naciones (como muchos creen) sino predicar el evangelio que es lo único que puede evitar la destrucción eterna de los hombres. Muchos fantasean con un entorno en el que todos sean cristianos y sea gobernado por cristianos (como los judíos en tiempos de Jesús que esperaban un Mesías que les devolvería su independencia) pero ese no es el llamado del pueblo de Dios. Cada uno de los que en verdad han creído y que mediante la fe ha sido unido a Cristo tiene la función de predicar, aunque no todos estén llamados servir como pastor de una Iglesia local. A parte de su llamado principal de cada creyente, es libre para unir su voz y esfuerzo a cualquier movimiento social sin perder de vista que ante todo es un creyente, un seguidor de Cristo.
Considerando esto entonces podemos decir que el cristiano no está llamado a caerle bien a todo el mundo, no está llamado a callar la verdad para promover la “tolerancia”, tampoco está llamado a abandonar los principios bíblicos para encajar… todo el que tropiece con algo así no podrá ser llamado la sal de la tierra. Los cristianos y no los incrédulos son los únicos que pueden llevar el verdadero cambio a las personas, familias y comunidades enteras. Sólo los cristianos pueden promover una vida más llevadera aún a pesar de la presencia del pecado como fuente de toda miseria y desolación. Esto no lo pueden hacer los gobiernos, ni las ONGS, ni organismos internacionales como las Naciones Unidas… tampoco lo pueden lograr las instituciones educativas, todo esto es inútil para promover la verdadera paz, sólo los cristianos pueden ser útiles para tal obra y esto no porque sean mejores personas que aquellos que no han creído, sino porque la vida de Cristo está en ellos, si tú has creído, si en verdad te has arrepentido de todos tus pecados y has rendido tu vida al Señorío de Cristo de tal manera que ya no vives para procurar lo que te complace a ti sino lo que glorifica a Dios… entonces la única esperanza que hay para los que están al alcance de tu influencia como sal de la tierra está en ti ¿Te das cuenta cuán terrible es que tu vida sea sal que no sirve para salar? ¿Cuántas vidas están avanzando hacia la destrucción mientras tú vives para ti mismo, para cosas temporales y vanas y no para gloria de Dios?
Nuestro llamado como sal de la tierra lo cumplimos en medio del lugar donde Dios nos ha puesto, ya sea en nuestro hogar, nuestra familia extendida, nuestro barrio, el lugar en que estudiamos o laboramos, en fin, en toda comunidad en la que hagamos parte. Estamos llamados a vivir como gente distinta, que no vive para el pecado, sino que vive para la gloria de Cristo. Que está dispuesta a condenar todo pecado como maldad sin hacer ningún tipo de categoría que haga de algunos pecados sean más escandalosos y otros más aceptables, todo esto por un obedecer a un profundo deseo de vivir una vida cada vez más acorde a lo enseñado por la Palabra de Dios y que honre más a Cristo. Alguien que muestra con su andar que camina en una dirección opuesta a cómo vive todo el mundo, uno en el que es posible ver que su mirada está puesta en lo eterno y no en lo temporal, que pone lo temporal al servicio de lo eterno.
Oración: precioso Dios maravilloso eres Tú, eres tan grande e incomparable, Tus obras inigualables ¿Cómo podría saciar el mundo mi alma con lo que sólo Tú puedes dar? ¿Por qué desear ser y vivir como lo hacen los demás siendo que de ti tengo tan grandes promesas? Heme aquí mi Señor ¿De qué sirve haber sido rescatado si mi vida no contribuye para que otros también lo sean? Oh Señor no sea la sangre de otros sobre mi cabeza tan sólo porque me rehusé a vivir de tal modo que mi vida invite a otros a conocerte, límpiame si hasta este día he sido indiferente a este llamado y responsabilidad, haz arder en mi corazón el deseo de anunciar tus virtudes a quienes aún no han creído y llévame al arrepentimiento siempre que de algún modo mi vivir se desvié de este propósito. Amén
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Amén 🙏🙏🙏