
“Me mostrarás la senda de la vida; en Tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” Salmos 16:11
¿Qué encontraron aquellos que en su búsqueda incansable de satisfacción examinaron todos los rincones de este mundo? Aquellos que se han aventurado a buscar plenitud en placeres temporales, en relaciones efímeras, en logros vanos, y, a pesar de ello, el eco de sus corazones sigue resonando con una profunda insatisfacción.
San Agustín, en su aguda percepción espiritual, proclamó que nuestros corazones están inquietos hasta que encuentran descanso en Él. ¿Cuántos de nosotros hemos sentido esa inquietud en nuestro interior? Buscamos consuelo en tantas cosas, pero a menudo nos descubrimos vacíos. Sin embargo, cuando la gracia divina irrumpe en nuestras vidas, como un rayo de luz que hiere la oscuridad de nuestro ser, comenzamos a ver, de forma clara y contundente, que Él es a quien hemos estado anhelando. Él es el Tesoro escondido en el campo, el que vale la pena descubrir y por el cual debemos estar dispuestos a renunciar a todo lo que nos atrapa (Mateo 13:44). Su valor supera cualquier tesoro conocido, Él es el tesoro que transforma nuestra vida y nos invita a un camino de plenitud. Todo lo que pueda contarse como ganancia en esta vida, comparado con conocer verdaderamente a Cristo, se convierte en pérdida (Filipenses 3:8), porque conocerle a Él es encontrar la esencia del gozo y la plenitud de la vida.
Pero la buena noticia no culmina en el presente; Dios también proclama "deleites para siempre" esto nos lleva a una reflexión trascendental: el gozo que Él proporciona no es solo más profundo que cualquier otro, sino también eternamente duradero. Imagínate, la satisfacción de tu alma, no solo hoy, sino por toda la eternidad. Tal es la magnitud de Su amor y Su gracia que, como se menciona en Efesios 2:7, nos mostrará “las abundantes riquezas de Su gracia en Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús” De esta manera, el Dios que fue, el Dios que es, y el Dios que será, se infiltra en nuestro presente, nos sostiene con Su mano firme y amorosa, y nos lleva a un futuro que desborda de posibilidades infinitas. La eternidad no es meramente una prolongación del tiempo, sino un viaje hacia una realización siempre creciente del deleite en Su presencia. ¡Cuán glorioso es esto! Con cada día que pasa, el gozo y la satisfacción en Él no solo se hacen más profundos, sino que maduran y florecen en formas que nunca imaginamos.
Así que acerquémonos hoy, con corazones hambrientos, listos para ser saciados. Es en la búsqueda sincera de este Dios, que a través de Su Hijo nos invita a una relación íntima, donde descubriremos el verdadero significado de la vida. Al final, en cada paso que damos hacia Él, encontramos no solo respuesta a nuestras preguntas más profundas, sino también el deleite eterno que nos espera en Su presencia.
Oración: Señor Tu Palabra dice que al mirar la multitud Tu sentías compasión de ellos: fatigados, cansados, perdidos y sufridos como ovejas sin pastor. Hoy Señor la multitud sigue así, buscando algo que saben que existe pero que aún no encuentran, dispuestos a renunciar a cosas realmente valiosas como la salud, la familia e incluso la vida para encontrar esa fuente de plenitud... tan perdidos. Oh Señor en Tu misericordia quebranta cada corazón de piedra para que puedan ver qué SÓLO Tú eres esa fuente, que SÓLO en Ti está el bien de la vida, que Tú eres aquello que por tanto tiempo hemos anhelado profundamente, abre nuestros ojos e impúlsanos a correr hacia Ti. Amén
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Amén 🙏🙏